El alumnado de 4º hemos estado investigando acerca de los seres vivos y su origen celular. Hemos averiguado que la célula es la unidad más pequeña que puede vivir por sí sola y que forma todos los organismos vivos y los tejidos del cuerpo.
¿Sabías que el cuerpo humano tiene más de 30 billones de células? ¿Y que son tan pequeñas que sólo las podemos ver con un microscopio?
Y es que tenemos que tener en cuenta, que una célula animal es 50 veces más pequeña que el objeto más diminuto que un ser humano normalmente puede ver con sus ojos.
Por ello, para seguir con nuestra investigación científica, un compañero compartió con nosotros su microscopio profesional, con el que pudimos aprender más acerca de las células. En esta ocasión pusimos el foco de atención en las células que componen la epidermis de una cebolla.
¿Sabíais que las células de la epidermis de cebolla son de forma alargada y bastante grandes?
La membrana celular celulósica se destaca muy clara, teñida por el colorante (Betadine). Los núcleos son granates y visibles, en el interior de los mismos se puede llegar a percibir unas granulaciones, denominadas nucléolos.
Es increíble poder observar unas estructuras tan pequeñas al microscopio y poder comprender que todo organismo viviente posee una composición celular similar.
Ponemos en práctica nuestras investigaciones y
pasamos al trabajo de campo
Aprovechando el espectacular paisaje otoñal, preparamos las mochilas con nuestros cuadernos de campo, nuestras guías, láminas de dibujo, algunos prismáticos, lupas y recipientes para recoger muestras de seres vivos, y nos dispusimos a realizar una salida por el Paseo de la Cantera y su bosque circundante hasta llegar al Mirador de Collarada.
En el recorrido pudimos observar gran cantidad de especies vegetales y animales, así como hongos de diversas clases. Parecía como si nos estuvieran esperando en la quietud del bosque.
Con los prismáticos divisamos una pareja de milanos reales, una ardilla, un petirrojo y varios carboneros que reboloteaban entre las ramas de los verdes pinos silvestres y de los álamos amarillentos. Con la lupa pudimos apreciar los detalles de los líquenes y musgos de los troncos. Y gracias a nuestras guías de flora y fauna pirenáica, identificamos las especies de árboles y setas que nos íbamos encontrando por el camino. Nos impresionó la mejestuosidad de los cedros, la belleza de la encina y el matiz de colores de los castaños de indias. También observamos cantidad de hongos yesqueros o «cascos de caballo» adheridos a las cortezas de los árboles.
Llegamos al Árbol de la salud (un castaño de indias por cierto), donde pudimos disfrutar de las inmejorables vistas del valle del río Aragón y los alrededores de Collarada. Un festival de colores y siluetas digno de plasmar en nuestros dibujos.
La naturaleza está en continuo cambio, por lo que hemos aprendido que la naturaleza es vida, y la vida la forman los seres vivos y las células que nos conforman.
María Pardos Lafarga
Nos gustan mucho estas excursiones en el medio natural. También las actividades tan interesantes que hacemos en clase. Por ejemplo, cuando Jorge y yo trajimos unos microscopios para investigar, cuando trabajamos sobre animales y plantas, etc…
Ojalá podamos seguir disfrutando de actividades como estas.
Que gran aprendizaje, poder experimentar todo lo que se estudia en el aula!