A nuestro compañero Miguel, director de orquesta y palabras templadas. Fuente de paciencia, apaciguador de tormentas. Sabio y aprendiz, escultor de sonrisas discretas.
Pero, sobre todo tenaz a pesar de las adversidades, de la vida imperfecta. Has marchado con estrépito en medio de un adagio incompleto. En pie nos rendimos a tu mejor legado: la grandeza en la humildad.
El claustro de profesores del CEIP San Juan de la Peña